El sábado de la tarde llegó el plato fuerte de las jornadas, y así lo entendieron los asistentes que desbordaron el aforo de la sala.
José Luis Jerez Riesco, actualmente el escritor más importante del falangismo, acudió a nuestra llamada. Y lo hizo por el imperativo moral de servir, difundir la verdad y sembrar en todos nosotros, los valores que tenían tan asumido aquellos que. voluntariamente. fueron a Rusia.
La División Española de Voluntarios se conoció como la División Azul, por el color de la camisa de los falangistas, que fueron mayoría. Y el grupo más importante cualitativamente fué, sin duda, los estudiantes universitarios que formaban el S.E.U.
Los universitarios se manifestaron, de forma espontánea, en las ciudades más importantes, reclamando participar en la lucha anticomunista que acababa de empezar el ejército alemán. Pugnaron por copar una de las plazas de voluntario. Y una vez en el frente, lucharon de forma ejemplar, movidos por un ideal tan fuerte que les convirtió pese a su inexperiencia, en soldados admirados, tanto por los alemanes como por el enemigo rojo.
Para concluir, una tremenda reflexión: Una generación sacrificada de estudiantes, que dejaron sus carreras, u otros puestos más intelectuales por empuñar un arma. Pero ese sacrificio es, justamente la medida de su proeza y lo que hizo a los divisionarios ser el mejor ejemplo para las generaciones siguientes. Ellos se demostraron a si mismos y al mundo entero que el falangista exige los puestos más sacrificados en la lucha por una España mejor.
